19-11-2024
Basado en el texto de Juan Escudero, Universidad de Murcia.
Profesorado, revista de currículum y formación del profesorado, 1, (1), 2005, FRACASO ESCOLAR, EXCLUSIÓN EDUCATIVA: ¿De qué se excluye y cómo?
El fracaso escolar es un problema complejo que afecta a muchos estudiantes en todo el mundo. No se puede reducir a una simple cuestión de que el estudiante no tenga la capacidad de aprender, sino que tiene que ver con muchos factores que influyen en su rendimiento y en su relación con la escuela.
Uno de los puntos clave para entender el fracaso escolar es que no es culpa exclusiva del estudiante. Este es un concepto importante porque, a menudo, se le asigna la responsabilidad al alumno sin tener en cuenta todo lo que lo rodea. Hay factores que vienen de fuera, como el contexto social y familiar, que pueden influir mucho en el rendimiento escolar. Además, factores internos, como la relación que el estudiante tiene con sus profesores o el apoyo que recibe en clase, también juegan un papel esencial.
La influencia del entorno escolar: El fracaso escolar no solo es un problema individual. Tiene que ver con cómo los estudiantes se sienten dentro del sistema educativo. Si un estudiante no se siente apoyado, comprendido o motivado, es probable que se "desenganche" de la escuela. Este proceso de desmotivación o desconexión del aprendizaje es conocido como "desenganche escolar". Los estudiantes que no se sienten parte de la escuela, que no ven sentido a lo que se les enseña o que no tienen modelos a seguir, tienden a perder interés y rendimiento.
Este desenganche no es solo académico, sino también emocional. El factor emocional es fundamental en el aprendizaje, porque los estudiantes que no están emocionalmente comprometidos con su educación tienen menos posibilidades de aprovechar las oportunidades que la escuela les ofrece. La motivación juega un papel crucial aquí: si el estudiante no siente que está logrando algo significativo, es más probable que se rinda.
Podemos entender el fracaso escolar a través de dos grandes grupos de factores: macrosociales y microsociales.
1. Factores macrosociales: Son aquellos que están fuera del control directo de la escuela y del estudiante, pero que afectan a ambos. Estos incluyen las políticas educativas, las condiciones socioeconómicas y las desigualdades en el acceso a recursos. En muchos países, las diferencias entre los barrios ricos y los pobres, o entre áreas urbanas y rurales, pueden generar oportunidades desiguales para los estudiantes. Por ejemplo, si una escuela no tiene los recursos suficientes, como materiales didácticos, tecnología o personal capacitado, eso puede dificultar el aprendizaje de los estudiantes.
2. Factores microsociales: Se refieren a las interacciones directas que los estudiantes tienen en su entorno escolar, como la relación con sus profesores, compañeros y el clima dentro del aula. Un profesor que no sabe cómo conectar con sus estudiantes, o que utiliza métodos de enseñanza que no son inclusivos o motivadores, puede ser una de las principales razones por las cuales los estudiantes se sienten excluidos o desmotivados. Además, las dinámicas de grupo entre compañeros también juegan un papel. El bullying, por ejemplo, puede afectar profundamente la autoestima de un estudiante y su disposición a participar en la escuela.
El fracaso escolar no es inevitable ni natural; es el resultado de una serie de factores que influyen en el rendimiento de los estudiantes. Para prevenirlo, es fundamental que los estudiantes vean la escuela como un lugar que tiene algo valioso que ofrecerles. Esto se puede lograr creando un enfoque más personalizado y creativo en la enseñanza, que conecte con sus intereses y realidades. Además, es esencial fomentar un ambiente emocionalmente seguro, donde los estudiantes se sientan aceptados y respetados, lo que les permite expresarse libremente y aprender de sus errores sin miedo al juicio. Un entorno de confianza y respeto puede hacer una gran diferencia en su motivación y desempeño.
Por otro lado, no todos los estudiantes aprenden de la misma manera, por lo que ofrecer apoyo adicional es clave para evitar que se queden atrás. Esto incluye proporcionar tutorías, programas de apoyo psicológico y una enseñanza diferenciada que se adapte a sus necesidades. También es importante que los estudiantes se sientan conectados con la escuela, viéndola como un lugar donde pueden desarrollar sus habilidades y talentos. Para lograr esto, es necesario que tanto los profesores como el personal educativo trabajen juntos para crear un clima positivo en el que los estudiantes se sientan valorados y motivados. Al atender tanto sus necesidades emocionales como académicas, podemos ayudar a prevenir el fracaso escolar y fomentar su éxito en el aprendizaje.
Escudero Muñoz, J. M. (2005). Fracaso escolar, exclusión educativa: ¿De qué se excluye y cómo? Profesorado, revista de currículum y formación del profesorado,
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