Autoevaluación sobre las Tertulias Dialógicas: Fracaso Escolar, el Papel de los Educadores Sociales y el Índice de AROPE
Durante las tertulias dialógicas que hemos realizado a lo largo del curso, he tenido la oportunidad de profundizar en temas cruciales como el fracaso escolar, el papel de los educadores sociales y el índice de AROPE(At Risk of Poverty or Social Exclusion). Estas discusiones me han permitido reflexionar de manera crítica sobre la complejidad de los problemas sociales y educativos en el contexto actual, y cómo estos se entrelazan con las políticas públicas y el trabajo docente. La naturaleza colaborativa y abierta de las tertulias también me ha brindado un espacio para cuestionar mis propios enfoques, reafirmar mis convicciones y, sobre todo, para repensar mi futura práctica profesional como docente.
El fracaso escolar y sus causas:Uno de los temas más impactantes para mí fue el análisis del fracaso escolar, que se mostró como una realidad multifacética. El fracaso escolar no es un fenómeno aislado; está estrechamente relacionado con factores sociales, económicos y familiares. En las tertulias se discutió cómo la pobreza, las desigualdades sociales y la falta de recursos inciden directamente en el rendimiento académico de los estudiantes. Comprendí que el fracaso escolar no debe ser visto únicamente como un fallo individual de los estudiantes, sino como un reflejo de la estructura social que los rodea. Esto me hizo replantearme las expectativas que como educadora puedo tener hacia mis alumnos, entendiendo que no todos parten desde el mismo punto de partida. Este aprendizaje es esencial para mi futura práctica, pues me permite enfocarme más en las necesidades individuales de los estudiantes, y no solo en los resultados académicos.
El Papel de los Educadores Sociales: Otro tema central fue el papel de los educadores sociales. A través de las tertulias, pude apreciar la importancia de los educadores sociales no solo como profesionales encargados de intervenir en situaciones de riesgo, sino también como agentes de cambio que pueden influir directamente en la integración social y el bienestar emocional de los estudiantes. Como futura docente, es fundamental entender que mi rol va más allá de impartir contenidos académicos: debo ser un apoyo emocional, un facilitador de aprendizajes significativos y un mediador de las realidades socioeconómicas de mis estudiantes. Además, los educadores sociales juegan un papel esencial en la creación de entornos inclusivos y equitativos, lo cual es clave para reducir las brechas de exclusión social y educativa.
El Índice AROPE y la Exclusión Social:El concepto de AROPE me abrió los ojos a la realidad de muchos estudiantes que enfrentan situaciones de pobreza y exclusión social, y cómo estos factores impactan su rendimiento y su acceso a una educación de calidad. Las tertulias me permitieron reflexionar sobre cómo el índice AROPE no solo refleja las dificultades materiales de las personas, sino también su situación de vulnerabilidad estructural. Como futura docente, reconozco la importancia de trabajar desde una perspectiva inclusiva y sensible a estas realidades, ya que los estudiantes en situación de pobreza no solo necesitan recursos materiales, sino también apoyo emocional y académico que les permita superar las barreras sociales y personales que enfrentan. Este enfoque es fundamental para promover una educación que sea verdaderamente inclusiva y que no deje a nadie atrás.
Integrando lo Aprendido en mi Práctica Docente:Integrar todo lo aprendido en las tertulias dialógicas me ha proporcionado una visión más profunda de los desafíos que enfrentan los estudiantes, y cómo mi rol como docente debe adaptarse para ser más inclusivo, empático y comprometido con la equidad. Este proceso de reflexión crítica me ha motivado a seguir formándome y a estar más consciente de las realidades sociales y personales de mis futuros estudiantes. En mi práctica docente, procuraré tener siempre presente que el **fracaso escolar** no es un reflejo de la incapacidad de los estudiantes, sino de un sistema que muchas veces no está preparado para atender la diversidad de contextos en los que viven. Por ello, es fundamental que, como educadores, desarrollemos estrategias que fomenten la participación activa, el apoyo emocional y académico, y la creación de ambientes de aprendizaje que respondan a las diversas necesidades.
Además, el conocimiento sobre el índice AROPE me permitirá identificar a aquellos estudiantes que puedan estar en riesgo de exclusión social, y trabajar desde un enfoque preventivo para garantizar que tengan las mismas oportunidades de éxito educativo. Mi práctica debe estar orientada a generar un entorno seguro y acogedor donde todos los estudiantes, independientemente de su origen o situación socioeconómica, se sientan valorados y apoyados en su proceso de aprendizaje.
Las tertulias dialógicas me han permitido no solo adquirir conocimiento teórico, sino también reflexionar profundamente sobre la manera en que estos temas afectan a la educación y a la inclusión social. Este proceso de aprendizaje y reflexión constante será fundamental para mi futuro como docente, ya que me motiva a seguir trabajando por una educación más justa y equitativa, en la que cada estudiante pueda alcanzar su máximo potencial, sin importar las barreras sociales que enfrente.
Maoly Miranda Madera
Máster en Inclusión y Exclusión Social
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